Las Memorias del Eterium
Edad Olvidada: Preludio
Una mujer, de mediana edad, caminaba completamente sola por la calle bajo la tenue pero constante lluvia, con paso lento casi a quejumbrado pero decidido, sin mirar a los lados sin reparar en nada, salvo la canasta de mimbre que llevaba en sus manos, ella solo caminaba en mitad de la calle sin rumbo aparente, pero en realidad ella sabía muy bien a dónde iba después de todo era una decisión ya tomada.
Un edificio se erguía haciendo contraste con su fachada gótica contra la gris y lúgubre aura que proyectaban los solitarios edificios de oficinas en el horizonte y sobresaliendo entre los apartados residenciales más cercanos. La mujer caminó hasta el frente del edificio, se paró en el umbral de la puerta, el cual estaba protegido de la lluvia, y justo allí colocó con delicadeza la canasta de mimbre, vislumbró un callejón muy cerca y acto seguido tocó la puerta con los nudillos y se apresuró a dirigirse al callejón, ni siquiera dio la vuelta para ver por última vez a su hijo recién nacido porque después de todo no quería arrepentirse.
-Es lo mejor para él… -murmuró- para luego entrar al callejón y desaparecer en la oscuridad.
